Hoy estaba en casa con mis hijos, y en un momento pude observar que Santi, mi hijo menor, estaba con un amigo. Su amigo había traído un Copia de DVD Pirata (Para más información clic aquí) de un videojuego llamado Scribblenauts.
Al principio, a pesar de mis ideologías sobre las tecnologías digitales, los dejé jugar, hasta que me enteré que el juego consiste en controlar a un personaje, que tiene básicamente la capacidad de crear y hacer aparecer cualquier tipo de objeto.
¿Qué tiene esto de malo se deben estar preguntando?
La respuesta es simple; los niños juegan a ser Dios.
Esto es muy decepcionante para mi como padre, porque desde muy pequeño le hablé a mi hijo de Dios, de la Creación y de no jugar con eso.
Y ahora encuentro a mi hijo jugando a un juego de ese tipo, ¿Cómo podría no enojarme con el?
Inmediatamente les ordené retirar el disco de la PC, les dí una charla bastante larga y mandé al amigo de Santi de vuelta a su casa.
Mi hijo se enojó conmigo, me dijo que era un idiota y que no podía hacer lo que hice, pero yo le insistí que era por su bien.
Por eso, nuevamente les insisto con el tema de controlar los videojuegos de sus hijos, porque estos (videojuegos) les terminarán arruinando la vida y el daño será irecuperable.
Espero que les haya sido útil.
Bendiciones, Isaac.
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